Galería Paseo del Buen Pastor

Córdoba. Argentina

Enero 2020

SOBRE LA MUESTRA

«Nombres que regresan», muestra colectiva que toma como eje curatorial la experiencia de lo femenino y ese misterio que las habita. 
Con la intención de acercarse a mundos difíciles de encasillar y rotular, como lo es la experiencia de lo femenino, buscando rodear esa materia escurridiza a través del dibujo y la pintura, esta muestra pretende nombrarse a sí mismas en la representación plástica, como trazo posible, como la necesidad de dejar registro de una versión propia, de mujer, y sobre el misterio que las habita.
Exponen en «Nombres que regresan», las artistas: Mónica Ambrosi, Mercedes Amuchastegui, Ines Darwich, Carla Del Bianco, Clara Díaz Cardeilhac, Vilma Amarillo, Monserrat González Arana, Sandra Hansen, Sol Halabi, Azul Iturri, Verónica March , Sol Martínez, Patricia Mc Cormick, Maria Lía Ongini y Olga Suárez.
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TEXTO CURATORIAL

NOMBRES QUE REGRESAN (de Victoria Martin)

«La representación plástica es una de las formas que nos acerca a ese misterio, a eso inalcanzable. El lenguaje es la posibilidad que tenemos de rodear lo indecible. Y de imprimir en ese trazo (que es la obra de cada una de las artistas de esta muestra), una huella de lo propio. Lo que miramos nos define. Por lo tanto un retrato es un complejo entramado donde se juega el acto de ver. En este caso se plantean múltiples formas de abordar el retrato de mujer. Y cada una de ellas se mueve en un terreno expansivo donde comulga con las demás obras desde los propios bordes, desde lo que cada una de las artistas puede nombrar como huella de su ser y de su estar. Pero, fundamentalmente, de lo que se trata esta muestra es de la mirada de la mujer hacia la mujer. Ese mundo de bordes desdibujados que transparentan, en un doble juego de miradas, lo femenino.

Dice Alejandra Pizarnik en uno de sus poemas: Yo canto/No es invocación/Sólo nombres que regresan. Quizás los trazos que conforman esta muestra, no sean invocación. Sean esos nombres que regresan. Los de otros, pero sobre todo los propios. Esos nombres de lo que no fuimos. Y de lo que somos y sólo se puede traducir como forma. Que es en su manera pura, el canto impreso de cada una de las artistas. Las que se ubican, para nombrar y ser nombradas, no en la voz de: la mujer. Sino en la voz de: una mujer. Como particularidad. Como signo de lo indefinible.»
Victoria Martín

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